Privacidad Algorítmica. Cómo entender a los algoritmos y aprender a convivir con ellos, para ser más humanos y menos artificiales.
Hay un momento único que siempre emociona: abrir un libro por primera vez, sentir el olor de las páginas nuevas y saber que en ellas hay una historia, una idea o un desafío que comienza a circular en el mundo. Ese momento hoy lo vivo en primera persona, porque acaba de salir publicado mi primer libro: Privacidad Algorítmica, editado por Hammurabi.
El libro nació de una pregunta que me acompaña desde hace años: ¿cómo convivimos con los algoritmos que toman decisiones sobre nuestras vidas, muchas veces sin que lo sepamos?. Más allá de la fascinación por la Inteligencia Artificial (IA), lo que está en juego es nuestra privacidad, nuestros derechos y nuestra forma de ser humanos en un mundo cada vez más mediado por la tecnología.
En estas páginas propongo cuatro acuerdos para sobrevivir en tiempos en los que los algoritmos están presentes en todas partes. No son fórmulas mágicas ni recetas cerradas, sino pactos posibles que buscan abrir una conversación honesta sobre cómo relacionarnos con las máquinas sin perder lo más valioso: nuestra autonomía, nuestra dignidad y nuestra capacidad de decidir.
La idea de Privacidad Algorítmica no se reduce a resguardar nuestros datos personales. Habla también de repensar cómo los sistemas nos observan, nos clasifican y nos influyen, y de qué herramientas tenemos como ciudadanía para no quedar atrapados en una lógica de control y manipulación permanente.
Escribir este libro fue también una manera de invitarte a que te detengas un instante y reflexiones. Estamos acostumbrados a hacer scroll infinito, a aceptar términos y condiciones que nunca leemos, a dejar que un algoritmo elija qué vemos, qué compramos o incluso con quién interactuamos. Pero si no ponemos pausa y conciencia, corremos el riesgo de vivir en piloto automático.
Lo que busco provocar con esta publicación es una conversación colectiva. Quiero que cada persona que lo lea se sienta interpelada/o a preguntarse: ¿qué rol quiero tener frente a la IA?; ¿acepto todo de manera pasiva o me involucro para que estos sistemas sean más justos, transparentes y humanos?.
Lo escribí en un lenguaje claro, pensado para que lo pueda leer cualquier persona, más allá de su formación. No hace falta ser especialista en tecnología para darse cuenta de que lo que pasa con los algoritmos nos afecta a todos. Desde el transporte que usamos hasta las noticias que consumimos, nuestra vida está atravesada por sistemas invisibles que, sin darnos cuenta, condicionan nuestras decisiones.
Privacidad Algorítmica no es un texto pesimista ni catastrofista. Al contrario, es una invitación a recuperar el poder de la ciudadanía. A decir que sí, que la tecnología puede ser una herramienta valiosa, pero solo si la usamos con conciencia, responsabilidad y criterio humano.
También busco tender puentes entre generaciones. Los más jóvenes ya crecen inmersos en estos entornos digitales, mientras que los adultos intentamos adaptarnos. Pero el desafío es común: entender, cuestionar y decidir juntos cómo queremos que sea esta convivencia con la IA.
Espero provocar que te muevas, que hablemos y preguntemos más y que no naturalicemos que las decisiones importantes sobre nuestras vidas estén delegadas únicamente a un algoritmo.
Privacidad Algorítmica es mi manera de abrir esa conversación y de invitarte a que seas protagonista en un tiempo donde ser más humanos – y menos artificiales – se volvió una necesidad urgente.
Nada de esto hubiese sido posible sin el acompañamiento de quienes confiaron en mi idea desde el principio. Quiero agradecer en especial a Fernando de Hammurabi, y al tremendo equipo de la editorial que trabajó con profesionalismo, calidez y la mejor onda siempre para que este sueño se transformara en realidad.