¿No te pasó, o escuchaste a alguien decir, que habló cerca del celular sobre un producto … y como por arte de magia, al rato le apareció una publicidad exactamente de eso?
Esta situación misteriosa hace que tengamos una leve sospecha social de que los teléfonos nos escuchan … pero ¿es real que los teléfonos nos escuchan?, ¿podemos encontrar alguna explicación a estos sucesos mágicos?.
Técnicamente, sí pueden hacerlo. Las aplicaciones, en casi todos los casos vienen por default, con la posibilidad de activar el micrófono en segundo plano. Sin embargo, eso no significa que estén escuchando todo el tiempo o enviando constantemente nuestros audios a sus servidores … ¡PONELE!
Para comprobarlo hice un experimento – a fin de desmitificar o no – si los celulares nos escuchan, y si de esta manera las empresas utilizan esa herramienta para personalizar su publicidad.
Inicie la experiencia poniendo dos celulares, uno con sistema operativo iOS y otro Android, con el micrófono activado para las aplicaciones, entre ellas: Facebook, Instagram, Google Chrome, Amazon y Mercado Libre en una habitación reproduciendo con un grabador durante 20 minutos palabras relacionadas con productos para gatos, y luego en una habitación en completo silencio, este mismo proceso lo fui repitiendo una vez por día durante dos semanas.
Posteriormente, verifiqué si en las aplicaciones de los celulares aparecían publicidades relacionadas a productos de gatos y la verdad que no me apareció ninguna.
¿Entonces? si no nos escuchan … porque seguimos con esa leve sensación social de que si lo hacen, y es ahí donde me pongo el delantal de sommelier de algoritmos para explicarte, que la respuesta quizás sea menos mágica, pero más invasiva y se relaciona con nuestra vida digital.
Bajamos aplicaciones, no leemos sus términos y condiciones, le damos permiso para que entren libremente a nuestros datos y usamos plataformas que a su vez, entrecruzan toda la data nuestra entre sí.
Los modelos predictivos que utilizan los algoritmos de las plataformas les permiten anticiparse a nuestros intereses e inferir lo que a nosotros nos gusta. Como resultado y por arte de magia, nos aparecen esos productos que estuvimos queriendo comprarle a nuestros gatitos.
Arme un documento con una serie de instrucciones para que los algoritmos no te escuchen tanto, podés descargarlo ingresando acá.